VARIEDAD

 Tal vez sea demasiado individualista y enérgica, ya que cada vez que doy mi opinión puede haber quienes la compartan pero la mayoría tiene miedo.

Es un miedo nuevo, en una sociedad donde se puede hablar de casi todo, sin profundizar en nada.

Estoy harta de ver como todo puede ser menospreciado, como se juzga lo que hacemos y lo que no (como si todos debamos ser un ejemplo a seguir). Desde los políticos, los religiosos, los apolíticos, los fanáticos (sean más humanos; todos cometemos errores y esta bien porque se aprende en el proceso).

Resulta más fácil ver las fallas ajenas, pero una cosa es dar tu punto de vista y otra muy distinta es decir algo con todo tipo de malas intenciones, tratando de dañar con una falsa propuesta de sinceridad. 

La verdad conozco muy poca gente que valga la pena, me refiero a los locos que se animan a sentir y querer de verdad, a quedar como los raros o malos de la película por actuar acorde a lo que sus corazones les dicen, los que escuchan y conectan con el alma del mundo.

Se que dependiendo de con quienes hables podrán decirte muchas cosas de mí (pero sólo sabrán lo que quiera mostrarles), porque sólo quienes están siempre presentes saben como me siento, lo que me gusta y todo lo que haría por ellos. Me gusta seguir siendo la rara que llama la atención con idioteces pero que en el fondo ama y siente con locura.

Quiero perderme del mundo (detesto pertenecer), espero no perderme en mis convicciones así no me vuelvo como los mediocres y totalmente hipócritas seres del planeta que dicen más que lo que hacen y actúan por simple apariencia para un mundo moderno donde sólo una voz debe ser escuchada.

Somos complicados y falsamente morales, pero nos divertimos con los puntos medios de serlo.